Corriendo por un sueño

Cristian Fabbiani, que ayer no se presentó en Newell's, se entrena por su cuenta en un campito de Ciudad Evita. Desde Rosario amenazaron con pedir sanciones y en River estudian cómo traerlo.

La escena tiene lugar a la nochecita, cuando baja el sol, en una cancha irregularmente despareja del club Almafuerte. Sólo hay que separar dos alambres para entrar a este mundo. Al de Fabbiani, que no se presentó ayer cuando el equipo de Sensini partió a Mar del Plata (el sábado había sido intimado por medio de una carta documento). Ya hubo conversaciones entre las dirigencias, y mientras anoche en Núñez definían en Mesa Directiva qué le ofrecerán a Newell's, desde Rosario anticiparon una presentación en Agremiados para que le apliquen una dura sanción al delantero.

Short con la marca de una pipa, remera (no) auspiciada por un felino carnívoro, muchas calorías que se queman en el andar, la alegría que le falta a River y toda la desfachatez de quien aprendió a pisar la pelota en el barrio, en las baldosas de Querandíes. Es el Gordo en acción. El mismo que había hecho algunos trabajos en sus vacaciones y que, al ver que se extenderían los plazos de su transferencia, inició una rutina más controlada. Su propia pretemporada. "Está realizando ejercicios de fuerza y potencia aeróbica", cuenta Leandro Jorge, con título de licenciado en educación física y experiencia laboral en Vélez.

"Esto no es lo mismo que una pretemporada: las cargas son otras y el jugador no queda concentrado. Pero la idea es que este entrenamiento le sirva para llegar en buena forma a su próximo equipo", dice el PF. El Gordo se ríe. Se ríe para las fotos que les reparte a tres pibes que bajan de un auto para abrazarlo. Y se termina el recreo. Más tarde se subirá a su flamante BMW y seguirá con su rutina en un lugar más cuidado por los costos del peaje: las cuestas que bordean la Ricchieri.

Las próximas serán horas clave para la realización de Fabbiani. Gorosito dijo ayer que su llegada "está muy avanzada", Falcao admitió que lo admira, los dirigentes de Newell's exigen (obviamente) plata, y los de River estudian qué ofrecerles. Y mientras tanto, el Peter de Ciudad Evita sigue corriendo. Corre por un sueño.

Fuente:Diario deportivo Ole.